VANITY FAIR MÉXICO PRESENTA EN SU PORTADA DE DICIEMBRE UNA INVESTIGACIÓN SOBRE LA PRIMERA DAMA ANGÉLICA RIVERA.
Vanity Fair México platicó con las personas más cercanas a Angélica Rivera para revelar el misterio del aislamiento y el blindaje impuesto por el gabinete de su marido. Hablamos con una fuente anónima en Los Pinos, con la esposa de un gobernador y con algunas actrices amigas de ella desde su juventud, para descubrir cómo es que la primera dama ha lidiado con la impopularidad y el rechazo de los mexicanos, después de haber sido una de las estrellas más queridas de la televisión. Este artículo recorre el ascenso y descenso de la fama de La Gaviota, desde que fue elegida como imagen de la campaña del entonces Gobernador del Estado de México y pre-candidato a la presidencia, Enrique Peña Nieto, hasta el día en el que se presentó ante los medios de comunicación para dar una explicación sobre la casa blanca. “Lo nuestro se dio. Y quienes suponen otra cosa es que tienen una mente con demasiada perversidad”, Enrique Peña Nieto respondió al ser cuestionado sobre la veracidad de su relación con Angélica Rivera cuando esta apenas iniciaba.
Angélica Rivera renunció como Directora del DIF, para cederlo a la esposa del Secretario de Gobernación, ya que la primera dama nunca mostró interés por labores de beneficencia que esta institución realiza. “Me da la impresión que la primera dama no está contenta en su papel”, comentó la esposa de un gobernador. “La verdad, se le agradece a La Gaviota que haya reconocido sus limitaciones y sus intereses genuinos. A Laura Vargas (esposa del secretario de gobernación) no solo le interesa el altruismo social, también sabía lo que necesitaba: un marco legal que ella redactó e hizo aprobar”, agregó. “La familia y su trabajo de actriz siempre fueron sus prioridades”, comentó Chantal Andere, una de sus amigas y colegas más antiguas. Nuestra fuente en Los Pinos aseguró después de su renuncia al DIF, se inauguró para Angélica “la vacación dorada que no había tenido desde los 16 años, en que empezó a trabajar en la televisión”, donde se pudo dedicar de lleno a acompañar a su marido a viajes y funciones oficiales, así como a sus hijas. Sin embargo, en medio de esa vacación, Aristegui Noticias publicó un video en redes sociales de una mansión valuada en 8 millones de dólares que no había sido mencionada por el presidente entre sus posesiones en su declaración patrimonial y que posiblemente había sido regalada al matrimonio por la constructora HIGA a cambio de la obtención del contrato multimillonario para construir un tren rápido entre la Ciudad de México y Querétaro. Rafael Cabrera, el periodista que recorrió todos los documentos vinculados a la casa blanca comentó que “en ese laberinto de papeles no aparece ni una sola vez el nombre de angélica rivera. Por eso, verla a ella salir a dar cuentas de cómo la había adquirido, me pareció parte de un plan para escudar al presidente”. Este capítulo da inicio a la impopularidad de Angélica Rivera, una novedad para la que nada la había preparado y encontró a la primera dama desorientada. Este artículo plantea que como remedio, su equipo de comunicación ha decidido blindarla e incomunicarla. Angélica Rivera, quien fuera por razones propias la primera dama más célebre de los anales de México, ahora es dueña del raro honor de haberse convertido, para el final del mandato de su marido, en la más misteriosa. “Ella confía que la gente que tanto la quiso no recordará las maledicencias que ahora la envuelven. Confía en el corazón generoso de su gente y su capacidad de olvido” Descubre el resto de la historia en la edición impresa de diciembre. Ya a la venta.
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